Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Domingo 29 – Ciclo A

DOMUND – Domingo Mundial de las Misiones
San Pablo de la Cruz

“Se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar el impuesto al César o no?”
(Mt 22,15-21)

Un domingo rico en simbolismos y compromiso:
Es el Domingo 29 a del ordinario.
Es el Domingo del DOMUND.
Es la fiesta de mi Fundador San Pablo de la Cruz.

El que quiera pagar impuestos que siga el texto del Evangelio.
Yo prefiero hacer unas reflexiones sobre el Domund y verlo desde el carisma de mi Fundador San Pablo de la Cruz.

Iglesia misionera
Las misiones no son una simple posibilidad o el deseo de algunos más atrevidos. La misión es el alma de la Iglesia y de cada comunidad y de cada cristiano.”La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que “primean”, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan”.

“Primear”, hasta el Papa pide disculpas de la palabra. Pero que significa:

“la comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primoreado en el amor y por eso, ella sabe adelantarse, tomar iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos”.

“La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los evangelizadores tienen así “olor a oveja”, y éstas escuchan su voz.

Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. La evangelización tiene mucho de paciencia y evita maltratar sin límites. Cuida del trigo y no pierde la paz por la cizaña”.

El primer misionero fue el mismo Jesús.
El primero en amar al hombre fue Jesús.
Y la Iglesia tiene que olvidarse de sí mismo y mirarse más en los demás, sobre todo los más excluidos.
Pero no son suficiente las palabras, se necesitan “obras y gestos en la vida cotidiana”.

El Espíritu misionero nos presenta un rostro nuevo de Iglesia.
No ese rostro aburrido de estar encerrada en sí misma, sino el rostro de quien mira lo largo de los caminos y los hombres que viven cerca y también los que están lejos.

Por eso, el Domund no es un domingo cualquiera.
Sino un día que quiere despertar a la Iglesia.
La Iglesia no puede ser un museo donde se conservan cuadros antiguos muy valiosos, pero que no pasan de cuadros colgados de la pared.
La Iglesia tiene museos, pero no puede ser museo.
La Iglesia es camino, Evangelio en mano, sandalias y bastón.
El cristiano no puede oler a alcanfor de armario, sino a ovejas y caminos.

Este fue el carisma de mi Fundador.
Despertar a la Iglesia de su letargo.
Por reavivar en la Iglesia su centralidad: el amor de Dios revelado en la Cruz.
Un querer renovar a la Iglesia desde sus raíces hundidas en la roca del Calvario. Y un dedicarse a evangelizar al pueblo abandonado y sin pastores. Por algo se le llama uno de los místicos y misioneros más importantes del siglo XVIII.

Clemente Sobrado C. P.

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