Bocadillos espirituales para la Pascua: 6to Domingo de Pascua – Ciclo B

“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Y vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando”. (Jn 15,9-17)

A Jesús le encanta ponernos el listón bien alto.
“Os améis como yo os he amado”.
“el amor más grande dar la vida por los amigos”.
El límite de nuestro amor es el amor mismo de Jesús.
El límite de nuestro amor es “dar como él nuestra vida por los demás”.

A Jesús no le va eso de ganarse amigos poniendo las cosas fáciles.
A Jesús no le va eso de ganarse amigos poniendo las cosas baratas.
A Jesús le fascinan las cumbres.
De seguro que de ser escalador no pararía hasta llegar a la cima del Himalaya.
Es que los ideales pequeños no entusiasman a nadie.
Es que las metas cortas no ilusionan a nadie.
Es que solo los grandes ideales son capaces de hacernos arriesgarlo todo.
Solo los grandes ideales son capaces de despertar almas grandes.
Solo los grandes ideales son capaces de despertar corazones como el suyo.
¿Alguien se atreve a proponer un amor como el suyo?
Un amor que lo da todo hasta quedar desnudo de todo, incluso de la vida.

¿Te atreverías a dar tu vida hoy, como él? Veamos, es algo muy sencillo.
No la darás de un trago.
Pero la podrás dar a traguitos cada día:

Sí, claro, atrévete hoy a morir.
Atrévete a renunciar a ti mismo para preocuparte de los demás. Nadie celebrará ni llorará esa tu muerte. Pero no deja de ser muerte. Bueno, es una muerte que en realidad te da más vida. Para seguir a Jesús, los mejores son aquellos que «se niegan a sí mismos».

Atrévete hoy a morir.
Muy fácil. Cuando en casa te acusen de todo, te hagan responsable de todo, porque tú fuiste el causante de esto y lo otro. Tú calla. No respondas. Sí, ya sé que tus hígados te arderán… es que la muerte siempre quema por dentro. Cuando a Jesús le acusaron, el Evangelio dice que «Él callaba«. El silencio también es muerte.

Atrévete hoy a morir.
Si te acusan, si sientes que hablan mal de ti, que murmuran de ti. No hagas caso. No te defiendas. ¿Que tú tienes la razón?
¿Y crees que Cristo no tenía razón cuando le acusaban? Pero no se defendió.
Prefirió callarse. Deja que sea tu vida tu mejor defensa.

Atrévete hoy a morir.
Olvídate de tus intereses y dedícate a satisfacer las preocupaciones de los demás. El tiempo que inviertes dedicándoselo a los demás, es tu mejor inversión. Duele dejar lo tuyo por los demás. Pero eso te hace revivir por dentro.

Atrévete hoy a morir.
Hoy decídete a ser tú mismo, aunque te traiga consecuencias con los amigos.
Decídete a ser coherente contigo mismo, aunque todos te digan que no sabes vivir la vida.
Decídete a ser fiel, por más que te digan que «no sabes lo que te pierdes».
También los amigos te van ayudando a morir a poquitos, esa muerte lenta y dolorosa.

Atrévete hoy a morir.
Es muy simple. Di la verdad, aunque te traiga complicaciones.
Di la verdad, aunque te descubran culpable.
Di la verdad, aunque con ello dejes de ganar más dinero.
Habrás muerto por la verdad, en vez de vivir con la mentira metida dentro de ti. Tu vida ya perdería mucho de vida….

Atrévete hoy a morir.
No elijas ni escojas tu muerte. Acepta la que te toca.
Acepta el sufrimiento tal y como viene.
Acepta la enfermedad tal y como viene.
Si te duele el pie, no prefieras que sea la mano.
No escojas tus sufrimientos.
Te son suficientes los de turno.
Quien hace selección en los sufrimientos termina eligiendo los peores.
¿Te atreverías a amar así? Así amó Jesús y así murió Jesús.
El en la cruz. Tú en las pequeñas cruces de tu fidelidad diaria.
Hay quien ama colgado de una Cruz muy grande, y hay quien ama colgado de las pequeñas cruces diarias.

Clemente Sobrado C. P.

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